El proyecto especifico del artista Doris Salcedo para el hall de las turbinas de la Tate modern de Londres es sin duda de los mas impactantes que se han podido ver últimamente.
El visitante se me sorprendido al entrar por las puertas correderas de cristal de la Tate Modern por una fina grieta en el suelo de cemento. La primera reacción es el pensar que el cemento ha sufrido por el paso de los años, la gran afluencia de publico y que se ha agrietado, pero como a poco uno va descubriendo que la grieta continua y continua, que se va agrandando, ensanchando, bifurcando, y que en realidad atraviesa todo el inmenso hall de entrada, seccionándolo y dividiéndolo. Uno va siguiendo el recorrido de la grieta que se va ensañando y estrechando, recorriendo todo el hall como una serpiente esperando a que algo suceda?| y sucede. Lo que ocurre es la sorpresa de verte atrapado, hipnotizado siguiendo la dramática grieta que da la impresión que hace tambalear toda la estructura de la Tate Modern al igual que la propia estructura de nuestra propia historia. Porque si uno mira en el interior de la grieta lo que ve es la cimentación de la institución, sus entrañas de color negro sujeta mediante cables de acero que nos trasladan a pensar en las grietas marcadas por el racismo, la desigualdad y el fascismo, que se han forjado paralelas a nuestra propia historia. Este es un proyecto silencioso, discreto pero que se impone por su propia fuerza e intensidad.