«Estoy bien, estoy de vuelta en casa. Y soy libre. Pero no puedo hablar. Por favor entiéndalo».
Estas han sido las primeras palabras pronunciadas por el artista chino Ai Weiwei al ser liberado tras su detención el pasado 3 de abril.
Acusado por el Gobierno Comunista Chino de impago de impuesto y eliminación de pruebas sin mediar una orden oficial, ha sido liberado bajo fianza «por su buena actitud y tras confesar sus delitos».
Situación que fue condenada provocando las protestas internacionales de artistas, políticos y activistas que consideran que la detención del artista, se debió a su oposición al régimen chino y a su defensa de los derechos humanos.
Hijo de uno de los grandes poetas chinos del siglo XX Ai Qing, Weiwei es uno de los más famosos artistas conceptuales chinos en el extranjero y esta entre los 10 más cotizados de su país.
Contribuyó a diseñar el estadio olímpico de Pekín conocido como El Nido del que se desvinculó posteriormente, porque según dijo, el gobierno chino había convertido el estadio en un signo propagandístico.
En 2010 tapizó el suelo de la Tate Modern con 100 millones de pipas de girasol de porcelana, «Semillas de girasol». Todas fueron producidas según los métodos artesanales y tradicionales.
«La habilidad no es suficiente para que una obra sea realmente significativa. Falta una idea» Ai Weiwei.